¿Sabes qué diferencia existe entre el estrés y la ansiedad? Seguro que en tu día a día has escuchado hablar sobre estas patologías, incluso a veces dentro de un mismo contexto, por eso, en este post queremos explicarte cuáles son las principales diferencias que existen. Aunque antes queremos dejarte estos posts sobre qué es la ansiedad y qué es el estrés para que puedas echarles un vistazo antes de comenzar.
En muchas ocasiones estos dos términos o patologías se utilizan como sinónimos ya que se suelen confundir y, no son lo mismo, por eso, vamos a explicarte las principales diferencias y características de cada una. Es cierto que, ambas son una respuesta natural de nuestro cuerpo hacia un peligro y nos hacen estar en alerta para poder combatir cualquier situación que nos suponga una amenaza para nuestro bienestar.
El estado de estrés es una respuesta fisiológica que nuestro organismo libera cuando nuestro cerebro interpreta una situación como peligrosa y, por eso, nuestro cuerpo se centra en intentar combatir ese peligro. Algunos de los factores que pueden provocarnos estrés son: la incertidumbre, la falta de información, la sensación de amenaza y peligro, la inexperiencia en el manejo de una situación o sentirse indefenso. Por otro lado, la ansiedad también es una repuesta fisiológica que nuestro cuerpo desencadena cuando existe o percibe algún peligro, pero la principal diferencia es que ésta en ocasiones puede no verse ligada ningún desencadenante identificable.
Estas patologías se ven diferenciadas también en la duración de estos sentimientos de peligro. Es decir, cuando el proceso de respuesta ocurre de forma rápida, en un momento del presente los expertos lo denominan estrés. En cambio, la ansiedad puede aparecer una y otra vez por preocupaciones de otros momentos temporales.
Además, la ansiedad también tiene que ver con factores psicológicos y emocionales. Es una reacción emocional, física y también cognitiva ante una amenaza que puede ser real o no, aunque también puede ser una respuesta emocional al estrés después de que una situación de peligro o estresante que haya desaparecido.
Tener sentimientos de ansiedad o estrés prolongados puede producir otros tipos de patologías como: dolores de cabeza, depresión, falta de motivación o fatiga, ente otros.
Si crees que estas patologías han aparecido en tu vida o en la vida de alguien cercano a ti dificultándoos llevar una vida plena, no dudes en ponerte en contacto con un profesional que te ayudará a controlar estas situaciones y a reducir los síntomas. Aquí te dejamos un post sobre la importancia que tiene la salud mental en nuestra vida, debes priorizarla y cuidarla cada día.