¿Has oído hablar del síndrome de Lima? ¿Sabes que está estrechamente relacionado con el síndrome de Estocolmo? Hoy te queremos contar qué es, los síntomas y causas que presenta este síndrome, así como las opciones de mejora existentes en la actualidad.
¿Qué es el síndrome de Lima?
El síndrome de Lima podemos considerarlo como uno de los fenómenos neurológicos más complejos y extraños de la mente humana, puesto que se trata de una respuesta psicológica que desarrollan los secuestradores en una situación de rapto hacia las personas que tiene retenidas contra su voluntad.
Llegando a preocuparse por el bienestar de estos, mostrando compasión, empatía y crear un vínculo emocional hacia su víctima, al contrario que en el síndrome de Estocolmo, donde el rehén es quien desarrolla una relación afectiva hacia su captor.
Síntomas
A pesar de que la investigación sobre este síndrome es escasa en la actualidad, existen una serie de síntomas que presentan las personas raptoras, entre los que destacan los siguientes:
– Preocupación sobre el bienestar físico y emocional de la víctima.
– Muestra gestos de amabilidad y simpatía hacia la persona que retiene contra su voluntad.
– Evitan causar cualquier daño al rehén, llegando incluso a emplear una gran cantidad de esfuerzo para mejorar las condiciones del mismo en el secuestro.
-En ocasiones, libera a la víctima durante breves periodos.
– Comparte con la víctima experiencias vitales y datos personales, en un proceso de apertura hacia dicha persona.
Tratamiento
En la actualidad no existe ninguna intervención neuropsicológica o forma de rehabilitación neuropsicológica que permita el correcto apoyo terapéutico para tratar este síndrome. Sin embargo, algunos de los patrones necesarios para acabar con esta patología consisten en:
-La evaluación exhaustiva e individual de las causas y motivos que han motivado el cautiverio.
– Normalmente, las personas con conductas delictivas suelen padecer alguna enfermedad mental. Por eso es importante evaluar a cada individuo para diseñar un tratamiento adaptado a las necesidades personales.
– Hacer reflexionar a la persona que padece el síndrome de Lima que la víctima fue privada de su libertad a pesar de que haya tratado bien a la persona durante el secuestro, aceptando la responsabilidad de sus propios actos.
– Lograr que la persona que ha perpetrado el secuestro deje de percibirse como protector y elabore una imagen de sí mismo ajustada a la realidad.