El acompañamiento terapéutico es un recurso del campo de la salud mental en el que se establece un vínculo entre el terapeuta y el acompañado. No existe una duración o tiempo determinado para el proceso terapéutico, por eso es importante que el paciente tenga claro que esta intervención no es a corto plazo y que, además, esta busca su bienestar.
Las fases del proceso terapéutico se pueden clasificar en 3 partes, las cuales son, la evaluación y orientación, el tratamiento y la finalización.
Por ello el plan de intervención, se ve constituido de la siguiente manera:
- Fomento de autonomía y empoderamiento.
- Potenciación de habilidades sociales.
- Afrontamiento de situaciones que provocan estrés.
- Orientación y apoyo en el desarrollo de actividades cotidianas.
- Rehabilitación cognitiva.
- Intervención familiar.
Apoyo mutuo entre personas con malestar psíquico
Este tipo de apoyo es clave para la evolución del paciente, ya que supone una forma de solidaridad basada en la reciprocidad. Este concepto se describe como la cooperación, intercambio de recursos y habilidades.
Apoyo familiar
El primer paso es que la familia este implicada en el proceso y brinde apoyo al paciente, y es ahí cuando el terapeuta se encarga de acompañar tanto al paciente como a la familia de este, sirviendo como mediador entre ambos lados.
La participación familiar en los tratamientos representa uno de los pilares más importantes de rehabilitación, de hecho, la inclusión del núcleo familiar demuestra mayor probabilidad de apoyo y por ende mejor pronostico.
Referencia: Fundación INTRAS. (2019). La Asistencia Personal en salud mental (Teresa Orihuela; Loreto Cantero; Mª Angeles López ed.). Valladolid, Valladolid, España. Recuperado el 3 de julio de 2023