La memoria es un conjunto de procesos mentales, concretamente una función del cerebro, que permiten codificar, registrar y recuperar la información del pasado, es decir, es la capacidad que tiene el cerebro de recuperar y guardar información como, por ejemplo, recordar ideas, relacionar conceptos, sensaciones o estímulos que hemos vivido en algún momento.
Además, es un proceso mental clave para el aprendizaje, que resulta fundamental para la adaptación del individuo al medio, ya que en ella reside la capacidad de aprender y de poder recordar lo aprendido, contribuyendo así a tener una buena adaptación social.
Tipos de memoria
Una vez explicado qué es vamos a contaros los distintos tipos que existen. ¡Comenzamos!
A corto plazo:
- Memoria sensorial:
Es la memoria de nuestros sentidos, que nos permite registrar información a través del tacto, del oído o del gusto. De los tipos que existen, sin duda, es la más efímera, ya que tan solo necesitamos un segundo para poder codificar un estímulo. Por ejemplo, los olores que percibimos que nos recuerdan a algo vivido o a un lugar en el que hemos estado… de esos recuerdos se encarga la memoria sensorial. También es cierto que percibimos muchos estímulos y no todos se quedan en nuestra memoria.
- Memoria inmediata:
Es la memoria que almacena lo que ha ocurrido o lo que se ha presentado apenas unos segundos antes. Tiene una duración de menos de un minuto y está limitada a 5 o 6 elementos. Es la que nos permite retener información breve, como por ejemplo cuando vamos a marcar un número de teléfono o hasta que anotamos una dirección en un papel.
Es muy importante en nuestro día a día, nos permite almacenar información provisionalmente y que, más adelante, podamos hacer uso de ella. Se necesita un nivel de atención elevado, ya que construye relaciones entre diferentes tipos de datos, permitiendo realizar procesos cognitivos importantes como la comprensión del lenguaje y del razonamiento. ara ello cuenta con tres subsistemas funcionales: ejecutivo central, agenda visoespacial y lazo fonológico.
A largo plazo:
- Memoria declarativa o explícita:
Es la facultad que tenemos para traer de forma consciente y voluntaria hechos de nuestra vida o determinados episodios, en definitiva, nos hace poder revivir experiencias que ocurrieron hace tiempo, como, por ejemplo, recordar qué hemos comido a lo largo de toda la semana. Es cierto que se deteriora antes que otras capacidades. Además, se compone de la memoria episódica, que nos permite recordar experiencias, determinados sucesos o experiencias personales pasadas, y de la memoria semántica, que incluye todo el conocimiento general de forma explícita, sin tener que ver con los recuerdos propios. Tiene referencia espacio-temporal y contiene información aprendida, como la escritura, las matemáticas o recordar una receta.
- Memora procedimental o implícita:
En este caso la recuperación de la información se hace de forma no voluntaria, sin consciencia, de otra manera, es una memoria automática. Se basa en habilidades y destrezas muy automatizadas, por ejemplo, conducir un coche o cepillarte los dientes.
Si quieres trabajar de forma adecuada todos los tipos de memoria que te hemos mencionado anteriormente, te dejamos este post donde encontrarás los mejores ejercicios para trabajar la memoria con GRADIOR.
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