Hoy te queremos contar qué es la regulación emocional, así como, diversas técnicas para poder controlar las emociones y extraer siempre la parte positiva de tus sentimientos.
Es conveniente conocer la relación entre la regulación emocional y la inteligencia emocional, para ello te dejamos un post en el que se explica qué es la inteligencia emocional y una correcta gestión de las emociones.
QUÉ ES LA REGULACIÓN EMOCIONAL
El término regulación emocional se asocia a aquella capacidad cognitiva indispensable para poder posponer el tiempo de reacción negativa, que se produce de manera automática ante un estado afectivo como puede ser el miedo, la tristeza o la rabia. Al igual que en el caso de las emociones positivas que también deben ser reguladas, puesto que un exceso de alegría también puede suponer consecuencias no esperadas.
El contexto en el que se encuentre la persona es muy significativo, puesto que el enfrentarse a una situación importante desde una posición calmada y con perspectiva del encuentro va a hacer que mejore o empeore nuestro estado anímico. Por tanto, debemos lograr permanecer en un constante equilibrio para lograr un sistema de regulación emocional eficaz.
QUÉ SON LAS ESTRATEGIAS DE REGULACIÓN EMOCIONAL
Las estrategias de regulación emocional se asocian a aquellos comportamientos que utilizamos las personas para gestionar las emociones internas que se asocian al malestar o la ansiedad. Consiguiendo llegar a un estado de calma tanto a nivel físico como mental.
Técnicas asociadas con la mente:
-Mindfulness: también conocido como método de meditación. Te dejamos este post por si te interesa saber más sobre el tema en Mindfulness: qué es y cuáles son sus beneficios (26/agosto)
– Pensamiento productivo: conjunto de técnicas gracias a las cuales podemos neutralizar esas ideas negativas que rondan por nuestro subconsciente y sustituirlas por un dialogo constructivo interno.
– Cambio en las creencias: estas medidas hacen hincapié en la raíz de los problemas. Eliminando los limites y creando nuevas creencias constructivas más adecuadas a la situación actual.
En lo referente al cuerpo, debemos ser capaces de optimizar al máximo nuestra forma física, puesto que es el eje primordial en el que se sustentan las emociones y su gestión.
– Técnicas de relajación muscular: la relajación promueve la producción de endorfinas y, por tanto, la generación de sentimientos positivos.
– Cambio de postura: tomar consciencia de nuestros patrones de comportamiento postural y modificar aquellos que no sean del todo recomendables por posturas más sanas que potencien emociones beneficiosas.
– Respiración consciente: saber controlar las reacciones mediante el ejercicio de una relajación eficaz y lúcida,
Las conductas podemos encuadrarlas en el ámbito de la acción. Y para que estas reporten aspectos positivos podemos hacer lo siguiente:
– Cambio de actividad: en el caso de estar llevando a cabo una tarea que nos está produciendo sensaciones negativas, ser capaces de detener esas emociones negativas para lograr un cambio en tu actitud y que te motive a continuar.
– Hábitos emocionalmente saludables, como por ejemplo dedicar una parte de tu tiempo a realizar actividades que te gustan. Tu predisposición será mayormente positiva a la hora de enfrentarte a cualquier situación al encontrarte en un estado beneficioso para ti.
Y, por último, pero no menos importante la comunicación. De hecho, lograr una expresión saludable de nuestros deseos y emociones es fundamental. Al igual que conseguir convertirnos en seres asertivos, es decir, ser capaces de expresarnos con respeto en todo momento hacia el resto. Pero, también con uno mismo.
Y tú, ¿Qué tipo de estrategias empleas en tu día a día para hacer frente a situaciones fuertemente estresantes?